El farmaceuta de la Droguería " La Huerta” en el ejercicio de su labor, debe poner toda su competencia y empeño en cumplir sus deberes profesionales y las normas legales que le afectan, buscando la realización de todas las dimensiones humanas en su compromiso con el usuario del servicio de farmacia, sabiendo llevar y afrontar con ética las opciones morales que encuentre en el ejercicio de su actividad. Haciendo énfasis en el usuario sobre los problemas de auto medicación y no propiciar este tipo de situaciones en el proceso de dispensación , ya que el hecho de no consultar al médico y auto medicarse, es causa de muerte y aparición de enfermedades relacionadas al uso indiscriminado de medicamentos, así, como el posible enmascaramiento de patologías más graves y severas y como en el caso de los antibióticos este como la amoxicilina, la aparición de resistencia a estos ya sea por su inadecuado uso o por dosis terapéutica insuficiente por lo tanto desde el punto de vista de los profesionales de la salud no se debe fomentar estas prácticas, comenzado desde el servicio farmacéutico de dispensación, hasta la implementación de programas de promoción y prevención del buen uso del medicamento, basando siempre las acciones en unos principios y obligaciones éticas y morales, en la relación con los clientes que lleguen a la establecimiento farmacéutico.
Además se debe evitar la dispensación sin prescripción pues supone
un riesgo sanitario poco controlado, pervierte el circuito de atención clínica,
trivializa el uso de medicamentos y no contribuye a la educación sanitaria de
la población
El problema planteado requiere con urgencia que los profesionales
farmacéuticos y las instituciones u organizaciones practiquen la
responsabilidad social y sean éticos en la prestación de servicios en las
farmacias y droguerías comerciales, que capaciten a los dueños de estos
establecimientos sobre la importancia de la ética en su profesión y
de cumplir con las normas existentes, sobre la dispensación de
medicamentos, se necesita que el personal que atiende en la
droguería “La Huerta” sean competentes, éticos, y responsables de su papel como
farmaceutas con la comunidad y que comprendan que la ética profesional debe
dejar de ser un discurso y reflejarse en acción cotidiana, en actos,
actividades y tareas del ejercicio diario.
Es importante capacitar y educar a la comunidad sobre
los riesgos de la auto-medicación para la salud, y la
importancia de acudir al médico, además de la problemática y el dilema ético
que representa el acudir a las farmacias por recetas para los síntomas o
enfermedades que se tienen, igualmente darles una informacion general acerca de los antibioticos, su uso, y como ayudar al uso racional de estos, así trabajando en conjunto lograr que estas
prácticas poco éticas vayan desapareciendo.